La televisión en México ha acompañado los grandes momentos de la historia. Ha encendido emociones, debates, esperanzas. Ha sido testigo de lo irrepetible y también refugio de lo cotidiano. Su luz no solo ilumina pantallas: ilumina contextos.
Porque la televisión no se limita a mostrar imágenes: construye relatos. Y un país necesita contarse para entenderse. En cada reportaje, en cada programa cultural, en cada espacio informativo hay un intento de comprensión, un esfuerzo por darle sentido a lo que vivimos.
Y en esa narración, Canal 28 ha asumido su lugar con responsabilidad y vocación pública. Desde Nuevo León, se suma a esa misión nacional: la de informar con claridad, inspirar con cultura y acercar, a través de la pantalla, todo aquello que vale la pena ver.