La buena televisión no solo enseña imágenes: ayuda a entenderlas. Es la herramienta para leer la realidad con sentido crítico. Para no quedarse solo con el espectáculo, sino buscar la raíz, el contexto, el porqué.
Desde el Canal 28, ese enfoque no es opcional: es la base. Cada reportaje, cada entrevista, cada producción busca algo más que audiencia. Busca formar ciudadanos informados. Porque encender la televisión también puede ser un acto de reflexión.